Lo que los virus no lograron, lo pudo la guerra

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Lo que los virus no lograron, lo pudo la guerra
	VSantivirus No. 457 - Año 5 - Lunes 8 de octubre 2001 Lo que los virus no lograron, lo pudo la guerra Por José Luis López Cuando en Afganistán ha comenzado la ofensiva bélica en una guerra extraña, de la que todos somos víctimas, un raro, pero no por ello menos previsible fenómeno, se está produciendo entre los usuarios de computadoras, al menos en los Estados Unidos. Lo que virus como el LoveLetter (ILOVEYOU), u otros más recientes como el SirCam, el Magistr o el Nimda, no habían podido lograr por si solos, lo logró el terror. Al menos para los estadounidenses, el tema de la seguridad informática empezó a ser un asunto serio. Las últimas noticias hablan de una industria, que en medio de la crisis, ha repuntado a valores ni pensados hace apenas un mes. Es que muchas compañías que habían dudado antes del fatídico 11 de setiembre, ahora han tomado muy seriamente el tema de la seguridad. Las empresas que más han visto aumentar sus ganancias, han sido las encargadas de realizar respaldos de datos. El fantasma de miles de computadoras con valiosa información desintegradas en la fatídica tarde de setiembre, y de compañías enteras borradas literalmente de un plumazo, han llevado a otras a reconsiderar seriamente el respaldo de archivos, en sitios redundantes, y físicamente alejados lo suficiente unos de otros como para no perderlo todo en una catástrofe. Algo básico que siempre recomiendan los profesionales de la seguridad, pero que pocas veces es tomado en serio, ha llevado a miles de pequeñas compañías a reconsiderarlo. Pero no solo este tema ha sido tomado en serio. También se han hecho más responsables los administradores de sistemas, volviéndose más cautos en lo que tiene referencia con contraseñas y acceso a sitios restringidos. El uso de las computadoras en las empresas, y el cuidado de los datos que manejan los empleados, ha sido puesto en un nuevo plano. Algo que también involucra las soluciones antivirales. Todo ello porque el pueblo norteamericano ha comprendido en carne propia y de la peor manera, que es vulnerable. Y aunque en principio estamos hablando de vidas, la naturaleza humana es muy singular, y traslada al terreno de los efectos materiales, esa cuota de esperanza que no siempre consigue en lo espiritual. Hasta el 11 de setiembre muchos se preguntaban "que podría tener de importante en mi computadora como para preocuparme de los hackers". Hoy día la pregunta es: "el próximo ataque terrorista podría ser a lo más vulnerable de nuestra nación, la tecnología". Es que Estados Unidos depende, mucho más que otros países, de lo tecnológico. Un panorama de falta de energía eléctrica, o la imposibilidad de comunicarse al instante con cualquier persona, tal vez en el inconsciente colectivo sea más tenebroso que la caída de las dos torres con los miles de muertos que ocasionó. Y en ese ambiente, las computadoras e Internet, conforman tal vez uno de los tesoros más preciados. Hoy el mundo entero está en guerra. Pero el enemigo es escurridizo y traicionero. Un solo hombre puede volar un edificio, envenenar ciudades enteras, o destruir con un virus informático, toda una red. Tal vez los que más sentirán sus consecuencias sean los norteamericanos. Por eso su acto casi reflejo de proteger sus sistemas informáticos. Y estamos hablando a un nivel personal. Lo peor de todo esto es que nos acostumbramos muy rápidamente a lo que ocurre. Tal vez las próximas torres que sean destruidas no nos causen tanto impacto, como hoy no nos causa el inicio de una guerra con muertos que no se ven. Pero la pregunta es, en el futuro que nos espera... ¿habrán computadoras que proteger? (c) Video Soft - http://www.videosoft.net.uy (c) VSAntivirus - http://www.vsantivirus.com